Asociación Cultural Faceira

Rimas en astur-leonés

«Rimas en astur-leonés» (1928), de Casimiro Cienfuegos. Nicolás Bartolomé Pérez, Filando hestorias. Diario de León, 2006.

Nun recién artículu publicáu na revista electrónica Lliteratu (edición 5, xineiru de 2006), dizse del gran poeta asturianu Fernán-Coronas, alcuñu del Padre Galo Fernández (1884-1939):

Otra de les grandes aportaciones d’esti poeta pa col asturianu y pa col llionés ye que concibió a les fales d´Asturies y de Llión nun enxame d’igualdá, y siempres sofitó la postura d’atopar una solución que fuera válida pa les modalidaes d’un llau y otru del Cordal.

Esta visión amplia de la nuesa llingua, estendida d’un xeitu ininterrumpíu dende las costas cantábricas asturianas hasta las suaves ourrietas mirandesas, queda craramente espresada nel poema “Dende Llubarca a Miranda”, onde’l poeta de Cadavéu reivindica la “fala gloriosa del gran reinu de Llión”; o tamién nuna carta fechada el 20 de febreiru de 1926 dirixida pol Padre Galo al sou amigu Casimiro Cienfuegos y Rico, na que cuenta:

Del idioma leonés puedes decir que su forma más pura y rancia es indudablemente la que se habla en el occidente de Asturias, León y Zamora y en la tierra de Miranda en Portugal. Menéndez Pidal en su conocido estudio (de 1906) habla de la relativa unidad del leonés moderno, especialmente del occidental, desde Miranda a Luarca. No digas nada de mi visita al Centro de Estudios Históricos ni de mi entrevista con Don Ramón, ni de lo que allí se habló de la faliella. Fuera de esta pequeña reserva, ensalza cuanto puedas el lenguaje del viejo reino que llevó todo el peso de la reconquista en sus comienzos; fueron largos en facellas y cortos en contallas, ¿no es así el viejo texto?”.

L’editor Antón García na sua biografía del Padre Galo diz que’l llabor filolóxicu, lliterariu y cultural d’este autor nun tuvo antecedentes nin consecuentes, sicasí, al menos hai una escepción a esta afirmación, y ye que’l yá mentáu escritor y periodista Casimiro Cienfuegos y Rico (1894-1958), publicóu en 1928 por influencia de Fernán-Coronas un breve poemariu nel nuesu idioma tituláu “Rimas en astur-leonés”. Esta obra, feita na variante occidental de la llingua, está dedicada a Antonio Graiño “benemérito del leonés occidental”, ya qu’este llibreiru asturianu afincáu en Madrid encargóu a Fernán-Coronas la redacción d’una “Gramática del Astur-Leonés”, qu’en 1928 estaba ya rematada, pero que güei desgraciadamente está perdida.

Casimiro Cienfuegos, na nota que zarra los versos n’astur-llionés, reconoz la sua admiración pol Padre Galo y el sou estímulu na redacción de las “Rimas”, onde sigue fielmente los criterios llingüísticos, ortográficos y hasta estéticos de Fernán-Coronas. Al parecer, los poemas foron correxíos pol propiu Padre Galo, quien n’outra carta en versu remitida a Cienfuegos animóu-y a escribir estos poemas d’esta miente:

L’outru día en lhionés/ Dixiste cousas de preciu,/ Muitu bien emprincipiaras/ A usar el falaxe nuesu./ Y agora tás repentíu/ De esquibrire así, en branheiru./ A mi qe me puxe la gloria/ En ser vaqeirín d’afeitu. (…)

Veleiquí una de las composiciones del poemariu, que se reproduz respetando la ortografía del orixinal:

LUS PINARES SULLOZANTES

Subre la verd’ esperanza
que tien l-alma del paisaxe,
cumu una pena muy negra
vense lus prietus pinares.

Quietus al alba naciente,
quietus al sol de la tarde,
lus prietus pinus sulluezan
cun l-alendar de lus aires.

Chenus de sol ya de lluna,
de queixus ya señaldades,
son un sulluezu del alma
lus pinares sullozantes.

Límites lingüísticos en el Bierzo

 

Jesús García y García: «Límites lingüísticos en el Bierzo, Vistos en la toponimia», Tierras de León, número 55.

 

[issuu width=420 height=290 backgroundColor=%23222222 documentId=111221173544-61d88a487a7d4034a58c95ee0349bff3 name=tierras_de_le_n_55-ling_iaponferrada username=asociacionfaceira tag=bierzo unit=px id=19de360d-a03c-2584-82c6-370507234312 v=2]

El futuro de las Juntas Vecinales de la Provincia de León

Carlos González-Antón Álvarez . La Crónica 16 de León, 1998.

En todas las comarcas de León, la institución de los Concejos ha sido protagonista de la historia de sus pueblos, que se basaron en este sistema de organización y de toma de decisiones, no sólo por ser el tradicional —y en el que les educaron sus padres— sino por ser el que mejor se acomodaba a la economía rural y la forma de pensar de los habitantes de nuestros aldeas. Los historiadores han coincidido en señalar el sistema concejil como uno de los rasgos distintivos del acervo cultural del campo leonés, remontándose sus orígenes a la Edad Media. Con las vicisitudes propias de una institución que ha evolucionado a lo largo de siglos, la administración pública de los pueblos, hoy denominados Entidades locales menores —¡como si no hubieran alcanzado ya su mayoría de edad!— no puede ser abordada de una forma nostálgica añorando una democracia natural que no es claro que persistiera durante todas las edades de nuestro solar leonés. No es momento de desempolvar añejas ordenanzas reguladoras de actividades hoy olvidadas en rincones donde se apolillan arados, yugos y cerandas, que seguro reposarían más honrosamente en el museo etnográfico comarcal. No obstante la ineludible realidad de nuestro mundo rural, lo que no nos podemos permitir es arrumbar en el mismo sótano de los trillos y manales las Juntas Vecinales o, lo que es lo mismo, la existencia independiente de los pueblos de los municipios de León.

No hace falta ser lector asiduo de la prensa provincial para comprobar cómo existen frecuentes tensiones entre los Ayuntamientos y las Juntas Vecinales, entre los intereses de la capital del municipio y los legítimos de los habitantes de su alfoz, de sus pueblos agregados. Y éso, no lo dudemos, es algo positivo. Debe existir debate en la vida pública, en la toma de las decisiones que afectan a la colectividad. Hay debate porque hay transparencia, porque los ciudadanos, informados, opinan y sus representantes trasladan esa opinión a los órganos correspondientes. La ubicación de un vertedero o de un centro de salud, la privatización o municipalización del servicio de aguas, la compra de un edificio para residencia de ancianos, todos son asuntos que deben ser debatidos por los vecinos y por las Administraciones públicas con competencia en la materia, para decidir con el mayor número de datos posible. Hoy —cuando aún oímos los ecos de los petardos y las voces de los leoneses en defensa de una minería que da luz a todos los españoles— percibimos mejor que nunca que no se pueden tomar las decisiones a espalda de los ciudadanos. Y si ésto se puede afirmar de «las grandes políticas de Estado» que muchas veces se justifican con complicados números o enmarañadas estadísticas o en normas que son aprobadas más allá de los Pirineos, cómo no va a ser cierto cuando las decisiones son tomadas en el ámbito municipal, por concejales con los que se juega la partida o con los que se ha rivalizado por una mujer en los años mozos.

Alejar la política municipal de los pueblos es algo que sí va contra los tiempos y, por supuesto, contra nuestra Constitución, que defiende entre otros principios el de descentralización de las estructuras administrativas. El paciente lector que haya llegado a este punto, quien probablemente puede coincidir con lo hasta aquí expuesto, estará pensando: «Bueno y ¿cuál es el problema de las Juntas Vecinales?» Y esta razonable pregunta tiene una respuesta, y es que las Juntas Vecinales, nuestros pueblos, van a tener un nuevo régimen jurídico en unos meses, pues está prevista la aprobación en las Cortes de Castilla y León de una Ley reguladora de la Administración local, norma que configurará las Entidades locales menores, su organización, competencias y recursos, y también su supresión. Nuestros legisladores autonómicos, nuestros procuradores en el castillo de Fuensaldaña, tendrán la palabra. En esta tesitura, y con la discutible legitimidad de quien es nieto y biznieto de Alcaldes pedáneos que lo fueron de un pueblín de la montaña de León y quienes me transmitieron el orgullo y la responsabilidad que reside en la facultad de que los pueblos puedan decidir sobre sus propios asuntos, expongo al amable lector las siguientes reflexiones sobre este particular.

El nuevo régimen jurídico, en primer lugar, ha de defender la continuidad como Administraciones independientes de las Entidades locales menores. Y el problema radica en que esta continuidad se pone en cuestión por algunos políticos que, por ejemplo, obstruyen la reconstitución de Juntas Vecinales disueltas durante la dictadura franquista —es el caso de las de Boñar— y que comentan —sólo en los pasillos— que hay que «reconducir» el enorme número de Administraciones locales que existen en nuestra provincia. Es cierto que en León se concentran la gran mayoría de las entidades locales de Castilla y León, e incluso de España. Los datos son los siguientes: en España hay 3.699 Entidades locales menores; en Castilla y León, 2.238; y en León, 1.245. Es decir, nuestra provincia tiene el 55’6 % de las Entidades locales menores de la Comunidad Autónoma y el 33’6 % del total nacional. Del análisis de estos datos, extraídos del último censo de entes locales del Ministerio de Economía y Hacienda, podemos constatar que León, como Cantabria, el País Vasco o Navarra —que son los otros tres territorios de nuestro Estado en los que se concentran estas Administraciones locales tradicionales—, presentan un paisaje administrativo muy diferente al de otras provincias como Valladolid, que sólo tiene nueve Entidades locales menores. Paisaje distinto, que no peor, sino todo lo contrario. Estos territorios poseen una riqueza cultural, un patrimonio histórico, unas instituciones públicas, que es necesario conservar y, en lo posible, desarrollar. Es difícil que un vallisoletano o un habitante de Sevilla, provincia en la que no hay ni una sola Entidad local menor, entiendan y tengan la sensibilidad suficiente para comprender lo que supone esta organización para la vertebración de la sociedad rural en comarcas en las que la población está diseminada en núcleos dispersos y con inveterada tradición de autogobierno. Los castellanos y, sobre todo, los leoneses, debemos ver en nuestras Juntas Vecinales, en nuestros pueblos, el rastro de nuestra cultura y, en la organización concejil, una de las mejores aportaciones de nuestros antecesores a la cultura administrativa de nuestro país.

Los pueblos deben estar dotados, primero, de personalidad jurídica propia; en segundo lugar, de una administración que aúne la tradición y la democracia y, en tercer lugar, de las competencias suficientes para satisfacer el pequeño núcleo intereses propios de los vecinos de ese pueblo. Si en todas partes soplan vientos de descentralización, si Bruselas se llena la boca con el principio de subsidiariedad, ¿no han de llegar estas modas a los humildes pueblos de León? ¿Sólo van a llegar los recortes de las cuotas lácteas, las correspondientes sanciones y las órdenes de cierre de nuestras minas? Existen —¡cómo no!—, argumentos contrarios al mantenimiento de las Entidades locales menores; unos son legítimos mientras otros no lo son en absoluto. Entre los primeros podemos encuadrar las tesis que defienden la supresión de las Juntas Vecinales porque multiplican las Administraciones locales, porque no son operativas y aumentan los gastos. A ello se puede responder que es bueno que haya Administraciones públicas cercanas al ciudadano, máxime cuando este ciudadano vive una remota aldea de Babia o de la montaña de Boñar, con unos problemas particulares, difíciles de comprender incluso por el Alcalde de su Ayuntamiento, cuya capital normalmente está mejor comunicada, más urbanizada que aquel núcleo aislado.

Lo que hace falta es voluntad de coordinación y no menor número de Entidades locales; León ya conoce de ejemplos en los que, no pequeños pueblos, sino grandes municipios se negaban a colaborar con el resto de las Administraciones, con los consiguientes perjuicios para sus vecinos y amplia propaganda para los ediles. Para las pequeñas necesidades de un pueblo sí son operativas estas pequeñas Administraciones y la mayoría de las veces tales necesidad se satisfacen de la forma más barata que existe, por medio de los trabajos comunales, la «facendera», otra institución intrínseca al quehacer público de nuestro campo. Esto no impide que si hace falta el concurso de las Administraciones «mayores» para la prestación de otros servicios o realización de obras, estas deban auxiliarlas adecuada y solidariamente.

Otros argumentos contrarios, que laten en algunas conductas de unos pocos, son aquellos que defienden la supresión de las Juntas Vecinales como medio para eliminar un órgano intermedio, molesto en la mayoría de las ocasiones ya que se opone a las decisiones de los Ayuntamientos, muchas veces con intereses opuestos a los de los vecinos de los pueblos del propio municipio. Así, algún alcalde prefiere tener sólo vecinos a su mando que no pueblos. Además, el patrimonio histórico de las Entidades locales menores —sus montes, sus aguas, sus eras comunales—, son apetecidos por más de un edil para sus grandes proyectos de desarrollo municipal. La realidad, siempre tan tozuda, parece volver a dar la razón a un ilustre jurista leonés, Vicente Flórez de Quiñones, quien en 1924 termina su libro «Los pueblos agregados a un término municipal en la historia, en la legislación vigente y en el Derecho consuetudinario leonés» con las siguientes palabras: «Existen otras muchas costumbres comunales, y algunas verdaderamente interesantes para el estudio de muchos puntos del Derecho civil, que significan, como las citadas en el curso de este trabajo, verdaderas supervivencias jurídicas. Pero, con las anteriormente citadas, creemos demostrada plenamente la absoluta capacidad de los pueblos agregados a un término municipal —hoy Entidades locales menores— para regirse por sí mismos, y la inutilidad de los Ayuntamientos en la montaña leonesa, donde no son más que unos organismos de verdadero lujo, pero innecesarios, y sólo beneficiosos, generalmente, a la capitalidad del término municipal».

Tengo plena confianza en que los legisladores castellanos y leoneses van a tener la sensibilidad suficiente para comprender las grandezas y las miserias de nuestro mundo rural; y puedan devolver el orgullo —si alguna vez se perdió— a nuestros pueblos, cuyos Concejos durante tantos y tantos años fueron escuela de democracia, dotándoles de una organización y competencias que dignifiquen su vida pública y no les condenen al silencio y olvido.

El habla de Sanabria

Xavier Frías Conde. El habla de Sanabria. Ianua. Revista Philologica Romanica. Suplemento 11 (2010). Romania Minor.

[issuu width=420 height=298 printButtonEnabled=false backgroundColor=%23222222 documentId=111101214056-d5bf7690c2d24c7498c4f39ffbb6a911 name=sanabres_rm_xfc username=romaniaminor tag=dialectologia unit=px id=bf90266a-f40c-be0b-eb3b-cfa8397e5409 v=2]

Historia de la ciudad y corte de León

 

Manuel Risco: Historia de la ciudad y corte de León, y de sus reyes. Madrid, 1792, Oficina de Don Blas Román.

 

[issuu width=420 height=287 backgroundColor=%23222222 documentId=111220111141-c739d43293e9484e8c7b096eb62ef5b9 name=h.ciudad_y_corte_de_leon username=asociacionfaceira tag=historia unit=px id=f386d364-ccdd-8d2b-b053-e623f77603d9 v=2]

 

 

El diseño sagrado de la ciudad de León: revisión

Miguel Ángel González.

En el artículo El diseño sagrado de la ciudad de León discutíamos sobre la orientación deliberada del campamento legionario que dio origen a la ciudad de León, el papel destacado que tienen en ella las fiestas relacionadas con la fiestas de media estación del verano puestas de manifiesto en época romana con el culto a las Ninfas, a Mercurio y a Diana y en la actualidad con la fiesta de Las Cantaderas, que sugiere su origen en una fiesta de primeros de mayo.

Entonces constatamos la proximidad, pero no coincidencia, de la declinación arrojada por la orientación de la Via Principalis al Este con la del Sol en las fiestas de media estación estivales, 13,85º y 16,76º, respectivamente. Sin embargo, la inaceptable diferencia entre ambas impedía conciliar de forma razonable la vinculación que intuíamos entre la orientación sagrada del campamento y la celebración de las fiestas de mayo y agosto, por lo que planteábamos como solución que debía producirse un alineamiento solar desde la Porta Principalis Dextra hacia el alto del cerro y centro del campamento en el momento de su fundación posible por un desnivel del suelo muy superior al actual.

Recientemente he encontrado una explicación más plausible que voy a defender en esta entrada, y es que la Via Principalis del campamento legionario leonés estaba orientada hacia el orto heliaco de las Pléyades en el momento de su fundación y el cual hacia el siglo I a.C. era heraldo de la fiesta de media estación de Beltaine.

RECITAL Y MAGOSTO EN CASTRILLO DE LOS POLVAZARES

En leonés

.No todas las noches tiene uno la suerte de dejarse envolver por las palabras, de que la música surja a fuego lento, de que ese algo que tienen los magostos haga que nos agacharnos a escuchar todo lo que nos tiene que enseñar la tierra que pisamos y, la que pisaron aquellos que invierno tras invierno, hicieron posible que hoy estemos aquí.

Hay veces que los bailarines interpretan la danza de los versos y el público empieza a ornamentar la coreografía.

Hay lugares en los que sus rincones iluminan tu sonrisa sabiéndote deudor de todas las enciclopedias que hay escritas en sus paredes y el cobijo que nos ofrece el pasado si le juntas la savia del presente.

Seguro que el sábado 17 de Diciembre a las 22:30 algo de todo esto ocurrirá en El Trechuro (Castrillo de los Polvazares – León).

QUÉJATE POR LA DESPROTECCIÓN DEL LEONÉS

Versión en leonés

En el año 2007 se reformó el Estatuto de Autonomía de Castilla y León cuyo artículo 5.2 quedó redactado de la siguiente forma:

El leonés será objeto de protección específica por parte de las instituciones por su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad. Su protección, uso y promoción serán objeto de regulación”.

Ya han transcurrido cuatro años desde la reforma estatutaria y la Junta de Castilla y León no ha establecido ninguna medida para la protección del leonés, ni ha dictado o promovido ninguna regulación para su protección, promoción y uso. El reiterado y grave incumplimiento por la Junta de Castilla y León del artículo 5.2 del Estatuto contrasta con la protección que se otorga al gallego, que se puede estudiar como materia optativa en la enseñanza reglada de los centros de enseñanza primaria y secundaria de las zonas leonesas y zamoranas donde se habla esta lengua, y con la promoción de la enseñanza de la lengua vasca en Castilla y León, pues en marzo de 2011 se inauguró en la provincia de Burgos una escuela infantil pública donde es posible estudiar vascuence, donde ya existe otra ikastola, y en la que la Junta invirtió 600.000 €, comprometiéndose a seguir impulsando la enseñanza del euskera, lengua que no tiene ningún reconocimiento en el Estatuto de Castilla y León, a diferencia del leonés y el gallego que si son lenguas protegidas en esta Comunidad.

Desde FACEIRA, y de forma coordinada con otras asociaciones y colectivos de defensa del patrimonio lingüístico leonés, estamos presentado quejas al Procurador del Común de Castilla y León con el fin de denunciar esta situación de incumplimiento del artículo 5.2 del Estatuto, y la marginación y discriminación hacia los hablantes de leonés por la administración autonómica.

Queremos invitar a la ciudadanía a expresar su queja ante el Procurador del Común frente a la Junta de Castilla y León y para ello adjuntamos un FORMULARIO que, previamente cumplimentado con los datos personales y firmado, se puede presentar por distintas vías (aunque recomendamos por su sencillez, rapidez y gratuidad la primera de ellas):

A.- POR INTERNET:

En este caso hay que seguir unas mínimas instrucciones:
1.- Ir al formulario de queja en línea del Procurador:
2.- Rellenar los campos con los datos personales: FORMULARIO DE CONTACTO, y DATOS OPCIONALES.
3.- Copiar del formulario de queja que adjuntamos los párrafos donde se explica la queja (párrafos PRIMERO a QUINTO), y también el párrafo final donde se especifica la queja (comienza con estas palabras: SOLICITO AL PROCURADOR DEL COMÚN: …)
Pegarlo todo donde pone: «Exposición de la queja».
4.- Leer y aceptar la política de privacidad.
5.- Presionar donde pone enviar.
6.- Las quejas presentadas por Internet deberán ser ratificadas mediante la firma del interesado. Para ello, los reclamantes recibirán en su domicilio una copia de la queja realizada por este medio para su devolución, una vez firmada, por correo ordinario (se les facilitará a estos efectos de manera gratuita un sobre prefranqueado).

B.- POR CORREO ORDINARIO POSTAL A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN:

Imprimir el modelo de queja previamente cumplimentado y firmado y remitirlo vía postal a esta dirección:

JAVIER AMOEDO CONDE
PROCURADOR DEL COMÚN DE CASTILLA Y LEÓN
SIERRA PAMBLEY 4
24003 LEÓN

C.- PRESENTACIÓN DIRECTA EN CUALQUIER OFICINA DE REGISTRO DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN:

Imprimir el modelo de queja previamente cumplimentado y firmado y presentarlo directamente en cualquier oficina de registro de la Junta.

D.- PERSONALMENTE EN LA PROPIA OFICINA DEL PROCURADOR DEL COMÚN:

Imprimir el modelo de queja previamente cumplimentado y firmado y presentarlo directamente en la Oficina del Procurador del Común: C/ SIERRA PAMBLEY 4, 24003 LEÓN.

E.- POR FAX:

Imprimir el modelo de queja previamente cumplimentado y firmado, y enviarlo por fax a alguno de los siguientes números: 987 270 143 / 987 273 141

Agradecemos a la ciudadanía su implicación en el proceso reivindicativo para la defensa de nuestra lengua y de sus hablantes.

Crónica de la II Bardoniana

 

El pasado sábado 26 de noviembre, desde las seis de la tarde,  se celebró la II Bardoniana en la casa de Cultura de Carrizo de la Ribera. A pesar de los partidos de fútbol y de la dichosa crisis, que parece haberse convertido ahora en una excusa para todo, la II Bardoniana fue todo un éxito y asistieron unas cien personas.

Uno de los aspectos más importantes que podemos destacar es la calidad de la música que los músicos tocaron en directo. Tarna y Tsuniegu deslumbraron con su buen hacer y su simpatía, e interpretaron la mayor parte de las canciones en leonés. Fran Allegre realizó una pre-presentación de su próximo disco de nanas tradicionales que se titulará “Nel briezu”, y pudimos escuchar varios de los temas que forman parte de este trabajo, todos ellos cantados en leonés.

El poeta Abel Aparicio coordinó la lectura poética en leonés, donde se leyeron poemas de escritores leoneses. A lo largo de la lectura poética se proyectaron dos audiovisuales donde se interpretaron dos composiciones corales realizadas y cedidas generosamente para su exhibición por su autor, Rubén García, y basadas en poemas de J. A. Oria de Rueda Salgueiro “Furunín nel iviernu”, y Antón García “Douru”.

La mesa redonda fue moderada por el folklorista omañés David A. Cárcamo, que realizó una brillante introducción sobre el estado de la tradición oral y su conservación actual, y en ella participaron músicos de Tarna, Tsuniegu, Fran Allegre y un miembro de Faceira. En la mesa se trataron diversos temas como la pervivencia de la tradición musical leonesa, la necesidad de realizar un inventario sonoro lo más exhaustivo posible del repertorio musical popular de León con el fin de divulgarlo y ponerlo a disposición de la sociedad, pero también de los investigadores y de los músicos interesados en este campo. Los músicos también explicaron cómo comenzó su interés por el folklore musical leonés, sobre su reelaboración y adaptación a los gustos actuales y sobre sus proyectos para el futuro.

Mientras terminábamos de preparar las castañas, que por cierto resultaron muy buenas y que se asaron en un tambor al calor del llume, comenzó a rodar el filandón entre las  risas, canciones e historias que hilaban Manuel Ferrero, Tsuniegu y varias personas del público, que también se animaron a bailar. El filandón continuó después de cenar y se prolongó hasta altas de la noche ya en Villanueva de Carrizo.

Gracias al Ayuntamiento de Carrizo y todos los participantes: Fran, David, Rodrigo y Diego, Abel, Manuel, y todo Tsuniegu entero. Sin vosotros no lo habríamos conseguido. Gracias también a todos los asistentes, saber que habéis disfrutado y aprendido con nosotros es lo más importante. Os esperamos en la próxima Bardoniana.

 

La II Bardoniana en los medios.

La Crónica de León

Diario de León

Ileón

Leonoticias

El Mundo

Noticias Castilla y León

Furmientu

Asturnews

Soy rural

Tierra alantre, la mesma fala

La utopía del día a día

Na lluna hay una vieya filando

Mataluenga, punto de encuentro

El blog de Xairu López

El blog de Manuel Ferrero

El blog de Tarna

Corazón de León

El blog de Abel Aparicio

Evento de Facebook