Entre música y poesía

Versos de Abel Aparicio y música de Rodrigo Martínez, sábado 12 de noviembre de 2011, a las 8 de la noche.

Reseña de La Crónica de León, Fulgencio Fernández.

El ciclo ‘Encuentros de literatura y otras artes’ (a las 20 horas en la Ergástula) que patrocina el ayuntamiento de Astorga tiene esta tarde una nueva cita en la que apuestan por una de las más viejas fórmulas (poesía y música) que es, a su vez, una fórmula infalible. Estará protagonizado en esta ocasión por el poeta Abel Aparicio y el músico Rodrígo Martínez, Rodri y lo hacen con la pretensión declarada de “llenar de magia y poesía este emblemático entorno astorgano que ya se está convirtiendo en todo un referente para la cultura en sus más variadas expresiones, dada la calidad de los actos de este tipo que viene acogiendo en los últimos meses”.

Rodrigo Martínez es un clásico de la música tradicional leonesa, en solitario y con su grupo Tarna. Abel Aparicio Abel Aparicio es un vibrante poeta de San Román de la Vega que dio sus primeros pasos en el bar Bukowski, de Madrid, allá por el año 2007, para seguir con recitales por León, Toledo o Madrid. En su memoria hay un lugar destacado para el recital ‘Versos para derribar muros’ al que acompañó un libro con el mismo nombre (Ed. Los libros de Umsaloua).

Acuden juntos con una vieja fórmula que siempre ofrece novedades. A Rodri no le gusta la rutina y de Abel Aparicio basta recuperar una frase de uno de sus últimos recitales para saber que siempre puede haber (que seguramente va a haber) alguna novedad que nos aleje de la monotonía diaria. “Abel Aparicio riega las raíces que le vieron nacer y carga sus versos contra la vergüenza y la mentira con la que día a día nos llaman idiotas a la cara”.

En el pasado mes de abril apareció el primer poemario de Abel Aparicio, el que lleva por título ‘Tintero de tierra / Tinteiru de tierra’ (en la editorial leonesa Lobo Sapiens). Un poemario es bilingüe, en leonés y en castellano que se divide en cuatro partes, ‘tintas’, que son fuentes de su inspiración la conciencia, la memoria, las raíces y el susurro. “Y en cada una, con unos versos que caen como sentencias de la calle pero llenas de sentido y de verdad (como corresponde), se nos desnuda un poeta atento al presente, comprometido. Esta atención a lo que pasa, sin embargo, no se desliza hacia el panfleto y mantiene su elegancia hasta el final”.

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