JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA, Argutorio: revista de la Asociación Cultural «Monte Irago», ISSN 1575-801X, Año 6, Nº. 13, 2004 , págs. 45-51. Fuente: Dialnet.
Mes: julio 2011
Tradición y normativa del Concejo de Valdetuéjar: las ordenanzas concejiles
RUBÉN ESTEBAN LÓPEZ PÉREZ, Estudios humanísticos. Historia, ISSN 1696-0300, Nº. 6, 2007 , págs. 97-118. Fuente: Dialnet.
Vocabulario de Noceda del Bierzo
Cantos leoneses que emigraron
EMILIO GANCEDO. Diario de León, 11/07/2011
La alianza entre el Museo Etnológico de Barcelona y el grupo de cultura tradicional Albentistate, formado por leoneses y descendientes de emigrantes de esta tierra en Cataluña, continúa ofreciendo interesantes frutos. Si durante todo el curso pasado y parte de éste se sucedieron los conciertos didácticos, los filandones, los juegos infantiles y los talleres de tradición oral, ahora acaba de presentarse una nueva producción en forma de disco, Cancios , conformado por doce temas populares recogidos de informantes nacidos en el Viejo Reino y residentes en el área barcelonesa.
El disco, producido por el museo entre las múltiples actividades que realiza anualmente, es una realidad gracias a los desvelos del jefe de exposiciones del centro, Enric Miró, muy interesado en la difusión de todo lo leonés. Los principales informantes procedían de la Ribera del Órbigo y de Sanabria. En cuanto a la música y la voz, Chema González se encargó de la grabación, y edición, además de cantar y tocar instrumentos como gaita y percusiones tradicionales; el canto principal recayó en Eva y Alicia Moro, y el diseño es de Carlos Jorge, personas todas vinculadas al colectivo Albentistate (que en leonés quiere decir «a la intemperie») y a la acción del museo.
Entre las canciones del disco encontramos añadas como Las nueces y Baja sueño ; canciones de ronda, como El pino ; romances del tipo La mal casada , canciones de niños, como el Baile d-™os casaos y una interesante canción de trabajo, en leonés, El llavadeiru . Además, hay tres temas de recreación, obra de Chema González ( Interludio , con rabel; Babia , un baile chano con pandero y gaita; y La ronda , con gaita).
En un principio, para Íria. La idea, en concreto, partió de Enric Miró, que en un principio buscaba canciones leonesas para cantarle a su hija Íria, de madre nacida en la Ribera del Órbigo. «El museo acogió la idea como trabajo de campo con la comunidad leonesa que vive en Cataluña y también para complementar las colecciones de materiales de la vida rural de que dispone», explica el propio Miró, quien añade que el colectivo Albentistate otorgó «un soporte muy necesario a todo el proyecto».
El cedé puede conseguirse a través de la tienda y distribuidora Etnomusic-Músicas del Mundo, a contrarreembolso, y, a partir de este mes de agosto, discocancios.blogspot.com informará de dónde conseguirlo en territorio leonés.
En cuanto a la posibilidad de que se editen más producciones como ésta, Miró es optimista y cree que, en efecto, los habrá:«Este primer trabajo ha provocado mucho interés y despertado la memoria a gran cantidad de personas, tanto aquí en Barcelona como en León. Percibo que todos estos leoneses de Barcelona tienen muchas ganas de trabajar por la divulgación de su cultura y queremos que exista una estrecha colaboración entre ellos y los residentes en el propio reino».
Ante la pregunta de si el equipo está contento con el resultado, expresa Enric Miró: «Limitaciones técnicas y de presupuesto al margen, quien lo ha escuchado se ha emocionado, y hasta los niños, que son los mejores críticos, lo cantan. La verdad es que lo hemos sacado adelante con mucha ilusión y pocos recursos (es decir, los propios personales). Es un primer paso, lejos de pretensiones estéticas. Hemos aprendido mucho y los futuros serán aún mejores».
Pervivencia del habla y la tradición oral bercianas
JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ. Diario de León, 15/05/2011
Léxico y literatura de tradición oral en el entorno de Las Médulas (León)
Fernando Bello Garnelo, Ed. Instituto de Estudios Bercianos / Universidad de León, 2010. 428 pp.
Numerosas investigaciones de campo nos demuestran la riqueza de léxico y tradición oral que aún pervive en nuestros núcleos rurales. No es preciso citar aquí los vocabularios, diccionarios y demás publicaciones al respecto, ni remontarse a los primeros trabajos de recogida romancística de Menéndez Pidal y a la gran batida de 1985 (romances, canciones, leyendas…) patrocinada por la Diputación leonesa. La aventura no ha cesado, y ante los ojos tenemos un libro del que merece la pena dar cuenta: Léxico y literatura de tradición oral en el entorno de Las Médulas , cuyo autor es Fernando Bello Garnelo que registra de modo exhaustivo el léxico de los ayuntamientos de Borrenes y Carucedo. Bello Garnelo alude a la magna empresa llevada a cabo por Janick Le Men en su Léxico del leonés actual , con 5 tomos en la actualidad, que sumará alguno más cuando la obra esté completa. ¿Cómo justificar a la luz de tal recopilación y estudio una nueva recolección de léxico en un lugar de la provincia? Lo explica el autor: la profesora Le Men trabaja sobre materiales ya recopilados por otros investigadores, pero en el espacio arqueológico de Las Médulas, donde se sitúan Borrenes y Carucedo, «nadie ha recogido de forma sistemática el léxico tradicional». Es el vacío que trata de llenar Bello Garnelo con su acopio léxico, que reunió sirviéndose de encuestas hechas a informantes representativos de un habla en la que conviven rasgos del gallego y rasgos del leonés, como expone fehacientemente, si bien él mismo se asombra de las variantes léxicas entre pueblos colindantes. Esta parte primera del libro de Fernando Bello es, naturalmente, más de consulta que de lectura. En cambio, la segunda, referente a la tradición oral en los pueblos de Las Médulas mencionados, es propiamente de lectura, contraste y curiosidad. Encontraremos textos en castellano, otros en gallego y, como dice el recopilador y estudioso, otros, los que suscitan mayor interés, en el habla de la zona «que los hablantes llaman chapurriao ». La riqueza oral hace necesaria la clasificación del material. Los primeros textos son leyendas de diverso tipo: tesoros escondidos, aparecidos, culebras mamadoras, brujas, encantamientos, mal de ojo, lobis home , etc. Algunas como la de Caricea y Borenia o la de la batalla del monte Medulio, son muy bellas. Hay además, adivinanzas, canciones, coplas y seguidillas, cuyo repertorio indica el autor que es inagotable; algunas son muy conocidas («A la Virgen del Carmen / tres cosas pido…»); otras, muy populares, están llenas de ingenio y picardía («-”Madre mía, estoy preñada / -”Hija, no digas de quién. / -”Madre mía, estoy del cura. / -”Hija mía, yo también»). Los refranes forman otro capítulo, al igual que las anécdotas, los villancicos, las canciones de cuna, los juegos tradicionales (canciones de corro, retahílas, etc.), los ramos, los romances, los ensalmos y conjuros. Todo un conjunto admirable que nos reconcilia con nuestros orígenes.
El 90% de la arquitectura popular leonesa más valiosa ya no existe
EMILIO GANCEDO. Diario de León 31/3/2004
Hasta finales de los años ochenta y primera mitad de los noventa sólo era posible estudiar la historia completa de la arquitectura popular española en un único rincón de la Península: en León. Como si de un libro abierto y vivo se tratara, los «eslabones perdidos» en la cadena de esta peculiar evolución —que en otros sitios se habían perdido para siempre—, persistían aquí gracias al aislamiento secular.
Precisamente en aquellos años la Diputación encargó al arquitecto madrileño José Luis García Grinda y a su equipo la redacción de un gran compendio sobre arquitectura tradicional leonesa que hoy en día (aún se vende) sigue siendo la más completa y valiosa herramienta para entender este patrimonio de cuyo valor no parece darse cuenta sino muy poca gente. En el libro se ve cómo se van concatenando, a veces en los mismos pueblos, una sucesión de avances arquitectónicos a partir de bases antiquísimas. Desde la palloza de planta ovalada y bordes redondeados (considerada de origen prerromano) y techo cónico, pasando por la casa de forca u horcón de Riaño, estrechamente emparentadas con aquéllas, y que ya adoptan las esquinas rectas, a híbridos entre casas de teito o de techo con patín exterior y tejado de paja; hasta desembocar en las casas de losa de la zona occidental, las de corredor de la montaña oriental y las casas agrarias de adobe, tapial y solana de las vegas leonesas.
Pues bien, muchos de los edificios que aparecen en aquella obra no existen ya hoy, y de los más valiosos ejemplares (los de techumbre vegetal, llamados en León de techo —Montaña—; de sobera —Tierras de Astorga— y de teito o teitu —Bierzo, Laciana, Omaña—) han desaparecido en un 90% a lo largo de poco más de una década. El propio José Luis García Grinda dice que hoy en día no quedan sino «unos pocos ejemplares o restos de los cientos que había antes». ¿Quién tiene la culpa del destrozo de un patrimonio único en el mundo del que seguramente se habría sacado un gran partido económico de estar situado en cualquier otra región?
La desidia, la ignorancia, los embalses y, sobre todo, la falta de percepción de estos elementos como parte importantísima de la identidad de una sociedad, apunta Grinda, son los causantes de que en unos cuantos años se nos hayan ido conjuntos enteros de gran valor. Pero aún queda ejemplares que salvar y que podrían reportar benefi cio económico a los pueblos en ellos situados como atracción de un turismo cultural en creciente auge. Las soluciones, según este arquitecto, pasan por la creación de planes integrales desde las instituciones mediante los que rehabilitar núcleos que sirvan de ejemplo a pueblos vecinos, así como potenciar los ofi cios tradicionales de construcción (teitadores, carpinteros, canteros) para que rehabilitar «no sea tan caro».
Al hablar de arquitectura tradicional en León, la imagen tópica que nos viene a la cabeza es la de las pallozas de Ancares. Tanto ellas como los hórreos están, en teoría, protegidos por la Junta, pero no hay planes integrales de conjunto que velen por su cuidado y puesta en valor. El Instituto Leonés de Cultura incluía en su pasado ejercicio ayudas puntuales a la rehabilitación de estos edifi cios. Por eso, si pequeño es el esfuerzo institucional para salvaguardar lo más típico, inexistente es el que vela por el resto. Porque también, y muy valiosa, es la arquitectura del barro de las vegas y páramos leoneses, la de piedra, tapial y losa de la hoya y montañas del Bierzo, los chozos de pastor cónicos de la Montaña Central y Oriental, la arquitectura de las brañas, los hórreos a dos aguas que son casi únicos de León, las cuadraspajar, los molinos o las ferrerías, sin entrar ya en arquitecturas cultas y religiosas como palacios, ermitas, iglesias y monasterios. El círculo vicioso que incluye la no rehabilitación por su elevado coste, y la falta de especialistas porque nadie quiere rehabilitar, tendría que ser roto en algún punto, según Grinda, por instituciones, fundaciones o asociaciones que demostraran la viabilidad económica de estos conjuntos. El ejemplo de otras regiones y países podría ser decisivo para convertir a estas arquitecturas en casas rurales, albergues jacobeos, ecomuseos o simplemente, en cómodas viviendas.
La Cabrera
En Forna se llevó a cabo uno de los escasísimos planes integrales ejecutados por la Diputación para salvar una arquitectura
única. En Villar del Monte está próxima la recuperación de su calle principal. La despoblación sigue estando en la base de los problemas para la puesta en valor de esta zona.
Maragatos
Una comarca en la que las iniciativas municipal y privada, aunadas, han proporcionado los mejores resultados: es una de las zonas más conocidas de León por sus casas arrieras; a lo que se une y ayuda también la siempre importante gastronomía, el folklore y las buenas comunicaciones.
Otras regiones
En Cantabria y Asturias hay pueblos en los que los municipios y el gobierno autónomo se han volcado hasta convertirlos en pequeñas maravillas donde nada desentona y que son visitados por miles de turistas cada año. Así pasa en Bárcena Mayor, Carmona, Cudillero, Taramundi…
Europa
Muy parecida a las arquitecturas de teito de León son los cottages irlandeses. Se cuidan con mimo ya que la gente los considera el símbolo del país. A muchos se les dio una salida económica en forma de bed & breakfast donde se alberga
a la gente que recorre Irlanda. En Francia también hay una red de molinos con hospedaje.
Espublicen un nuevu llibru inéditu d’Eva González
Asturnews, 11 de julio de 2011.
El Club Xeitu, asociación venceyada a la montaña suroccidental asturlleonesa acaba d’espublizar un volume de más de doscientes páxines tituláu “Pequena enciclopedia de nós”, de l’autora lleonesa, yá finada, Eva González.
De la escritora Eva González Fernández (Palacios del Sil, 1918-2007) quedaron munches obres escrites y espublizaes a la so muerte, destacando les de la serie Na Nuesa Tsingua (axuntaes na publicación Poesías ya cuentus na nuesa tsingua, 2007) ya Cuentos completos (2008), onde se compilaron les narraciones y cuentos.
Nesta nueva obra, Pequena enciclopedia de nós, Xeitu publica los sos escritos filolóxicos y culturales: vocabularios, reflaneiru, cusitsinas, escritos etnográficos y cantares, redactaos ente 1980 y 1985. Queda, asina, pendiente de publicar la so obra “Hestoria de mia vida”, a mou de biografía.
Dominio lingüístico ástur: una historia de grandeza, pero un habla que encoge
EDUARDO GARCÍA, La Nueva España, 10 de julio de 2011.
Un estudio de la Academia de la Llingua sobre las variantes de la lengua tradicional en Zamora cierra el mapa actual de lo que fue territorio lingüístico común
Desde Gijón a la pequeña localidad zamorana de Villadepera, muy cerca de la frontera con Portugal, hay unos 325 kilómetros. Este pueblo, en el corazón de la comarca de Sayago y casi a las orillas del río Duero, puede ser considerado como uno de los límites más sureños de lo que se conoce como el dominio lingüístico astur (dominiu llungüísticu ástur), una franja geográfica que comprende hoy tres provincias, Asturias, León y Zamora, pero que en su momento se extendía por tierras de Galicia y de Salamanca. La actual franja «come» parte de Portugal, en el entorno de la localidad de Miranda do Douro. Mucha superficie, como corresponde a mucha historia.
Un equipo de la Academia de la Llingua Asturiana, coordinado por los profesores Xosé Lluis García Arias y Xosé Antón González Riaño, acaba de publicar el «Estudiu sociollingüísticu de Zamora», en su área occidental, que es el complemento a un estudio similar realizado en León y a otro aún más reciente sobre el mirandés. «Se cierra el ciclo», señala González Riaño. El estudio, en el que han participado en el trabajo de campo Isabel Hevia, Lorena Frade y María del Mar González Iglesias, aporta claves sociolingüísticas e históricas sobre la lengua asturiana y su implantación en distintos niveles en la provincia zamorana donde pervive un fenómeno sorprendente en el pequeño pueblo de San Ciprián, en la comarca de Sanabria.
San Ciprián es nombrado por Ramón Menéndez Pidal en el libro «El idioma español en sus primeros tiempos». El sabio filólogo del castellano lo denominaba ya en 1942 una «isla lingüística», muy lejana a Asturias, pero donde se hablaba asturiano. Hoy en día, ya en pleno siglo XXI, la castellanización en el habla de San Ciprián es un hecho, pero sus vecinos recuerdan a sus padres y abuelos habituados a las terminaciones del plural en «es» (manzanes, vaques…) o al final en «u» (ver LA NUEVA ESPAÑA del pasado 19 de diciembre).
Hay una línea historicista que explica en parte ese fenómeno como consecuencia de las repoblaciones medievales. Pero, ¿por qué en unas zonas persiste esa asturianización idiomática y en otras no? Mucho más allá en el tiempo de las repoblaciones decretadas por los reyes asturianos y leoneses, hay un mundo. El mundo de los ástures, la tierra común, concretada en unos veinte mil kilómetros cuadrados, cuya mancha actual recorre buena parte de León y la franja más occidental de Zamora. En las similitudes idiomáticas y fonéticas están latentes miles de años de cultura compartida.
Es un territorio al norte del río Duero, pero el propio Menéndez Pidal mencionaba en sus estudios el pueblo de El Payo, al sur de Ciudad Rodrigo. «En El Payo se dice «les gallines», ellos idien (por «decían»), ellos canten (por «cantan»), rasgo desconocido a los pueblos de alrededor», comentaba el historiador.
Cientos de encuestas a pie de casa y camino como quien dice componen este estudio de la Academia de la Llingua. Se parte de una tesis cierta: en León, Zamora y la tierra de Miranda (Portugal) se hablaron y se hablan variantes dialectales de tipo asturiano y leonés, generadas en tierras ástures en lo que se puede denominar dominio lingüístico ástur o astur. En Zamora los antecedentes son evidentes y sólo hace falta echar un vistazo a su Fuero en su versión más antigua que se conoce, en 1289. Parece el fuero de una de las polas asturianas.
De la «nación ástur», por decirlo en términos muy cinematográficos, que se iniciaba en el Cabo Peñas y casi apuntaba a la comarca extremeña de Las Hurdes, quedan aún «estayas» idiomáticas muy visibles. Las analizadas ahora en el estudio zamorano son, de norte a sur, las de Sanabria (donde se asienta el ya referido pueblo de San Ciprián), La Carbayeda, Aliste y Sayago. Se llevaron a cabo encuestas en 61 ámbitos municipales de los 238 que componen la provincia de Zamora, con una población de algo más de 28.000 habitantes. En total fueron realizadas cuatrocientas encuestas. El 95% de los encuestados habían nacido en la provincia de Zamora.
Aquel idioma común ancestral lleva siglos batiéndose en retirada. El castellano puede con todo, una ola que va de Este a Oeste, y que lo ha tenido especialmente fácil allá donde no existe orografía complicada. Con el mapa sobre la mesa, el profesor de la Universidad de Oviedo, Xosé Lluis García Arias, explica el estado de la cuestión:
«La zona donde hay un mayor grado de conservación es la franja que va desde Forniella (Fornela, Bierzo Alto) hasta Sanabria. La zona de La Maragatería es lingüísticamente parecida a la anterior, pero hay que buscar esos rasgos con más atención. Y en la zona de la ribera del Órbigo aún se encuentran algunos elementos lingüísticos» comunes.
El actual dominio lingüístico ástur está ya al Oeste del río Esla «el río de los ástures por antonomasia». Pero el Esla es ya, en este aspecto, río castellano leonés, si utilizamos un término administrativo. La franja leonesa que hoy puede ser considerada frontera lingüística formaría una línea imaginaria -y no tan imaginaria gracias a la actual red de carreteras- que une Boñar, La Vecilla, León capital, y La Bañeza. Puro veraneo asturiano, como se puede comprobar.
El dominio lingüístico ástur gana cuanto más al Oeste nos situemos en ese mapa lingüístico pero no exactamente cuanto más al Norte como podría pensarse. La trama dialéctica es más potente, por ejemplo, en la zona portuguesa de Miranda do Douro, a la misma altura que Zamora capital, que en Astorga, Ponferrada o incluso La Pola de Gordón, casi a las puertas del Pajares.
En todo este mundo lleno de variables fonéticas y sintácticas «hay muchos rasgos lingüísticos que no se explican desde el castellano», dice el profesor Xosé Lluis García Arias. Un mundo en el que hace cientos de años sus habitantes «podrían entenderse en el idioma ástur , en la lengua asturiana», aunque con sus lógicas variantes. «Como hoy se entiende uno de Cuenca y otro de Almería».
Que el idioma asturiano se prolongó tierra adentro de lo que hoy es España es una tesis poco menos que irrebatible y hasta centenaria, defendida por Ramón Menéndez Pidal ya a principios del siglo XX. Es un proceso apasionante pero que muchos han tratado de ningunear o, al menos, relativizar en su importancia. Esa versión histórico-lingüística fue sistematicamente negada en los libros de texto durante mucho tiempo.
En el «Estudiu Sociollingüísticu de Zamora. Estaya occidental» los autores explican el marco histórico: el modelo de llingua ástur fue consolidándose durante la Edad Media gracias, en parte, a la escritura en los centros culturales más importantes de Oviedo y León.
«Esa llingua avanzaba al sur del Duero por tierres de Salamanca y Extremadura en boca de los conquistadores al empar que s´espardía y afitaba´l poder políticu del reinu. pero esi procesu hacia´l sur, con pasos asemeyaos a los daos por Portugal, Castiya, Aragón y cataluña, veríase frayáu al perder Lleón la so independencia y axuntase dafechu a la corona de Castiya en 1230. Pasu ente pasu, cola perda del poder políticu, la llingua románica xenerada mayoritariamente nel País de los Ástures va dir desaniciándose, de mano nes tierres llanes del este, y llueu más al sur y occidente».
La lengua como rehén perpetuo de la política, la cultura condicionada a los vaivenes del poder. Se explica en estas páginas un hecho medieval, pero sirve y encaja como anillo al dedo en los tiempos que corren. Y en los futuros, es de temer.
A la pregunta de cuál es su principal afinidad, los encuestados zamoranos apuntan mayoritariamente a los gallegos (en Sanabria y La Carbayeda) y a los castellanos en Aliste y Sayago, además logicamente de los de su propia provincia. En La Carbayeda, sin embargo, hay un 4,5% de los encuestados que eligen a los asturianos. A la pregunta de si «la manera de hablar de aquí cree usted que se parece a la de alguna zona de Asturias» tan sólo un 14,5% de las respuestas señalan que están «muy de acuerdo» o «de acuerdo». Un 57,5% dicen estar «nada de acuerdo».
Pero lo cierto es que los zamoranos de la franja más occidental de la provincia sienten la singularidad de su habla. El 56% tampoco encuentran semejanzas con el portugués, y más del 62% dicen lo propio del castellano. «Hay un porcentaje no desdeñable de la población encuestada que tiene conciencia de sus peculiaridades lingüísticas», afirma Riaño. «Pero ni en León ni en Zamora hay una política lingüística como sí la hay en Asturias. Por tanto, si no se inicia una política prudente de dignificación, es claro que los rasgos lingüísticos van a ir a menos», a pesar de que casi el 80% de los encuestados no están de acuerdo en que hablar su lengua tradicional sea «hablar mal». Un 62,8% ven su habla tradicional en peligro de desaparecer.
Más de la mitad de los zamoranos encuestados abogan por algún tipo de colaboración en materia lingüística entre Asturias, Zamora y León, sobre todo en Sanabria, mientras que casi un 44% se muestra favorable a la escolarización de la lengua tradicional. La Academia de la Llingua da especial valor a esa demanda de colaboración «porque parece que la población de estos municipios lo reclama», pero con toda la prudencia del mundo. «Intervenir a petición de… Si no sería muy negativo».
Una de las conclusiones del estudio es que «la unidá llingüística entre la fala tradicional y l´asturianu percíbela un porcentax significativu, aunque minoritariu, de la población zamorano». Tal conciencia de unidad es percibida por el diez por ciento de los encuestados. «Hay en Zamora reacción de conciencia lingüística por parte de sectores jóvenes ilustrados», señala González Riaño.