Asociación Cultural Faceira

L’estudiu de la toponimia llionesa y zamorana nas XXX Xornaes d’Estudiu de l’Academia de la Llingua Asturiana

Los días 8, 9 y 10 del mes de noviembre de 2011 vai celebrase n’Uviéu (Asturias) las XXX Xornaes d’Estudiu de l’Academia de la Llingua Asturiana, que van dedicase a la toponimia y antroponimia del nuesu dominiu llingüísticu.

Destacamos especialmente las siguientes conferencias y ponencias: de Fernando Bello Garnelo “Toponimia y antroponimia en la zona de Las Médulas (León)”, de Jesús García y García “Topoantroponimia berciana”, Héctor García Gil “Delles cuestiones d’exonimia”, todas ellas previstas pal día 9; de Xuan Xosé Lajo Martínez “La formación y emplegu de los antropónimos en Senabria: nomes oficiales, oficiosos y nomatos.”, de María Dolores Gordón Peral “Huellas de la presencia de asturianos y leoneses en Andalucía Occidental y la Baja Extremadura”, el día 10.

Amás, vai presentase’l llibru “Toponimia hispánica. Origen y evolución de nuestros topónimos más importantes”, [Coordináu por X. Ll. García Arias y editáu por Emili Casanova. Valencia, Denes, 2011], onde alcontramos dous estudios, de Xosé Lluis García Arias y José Ramón Morala Rodríguez, onde s’estudian los principales topónimos d’Asturias, Llión, Zamora y Salamanca.

El santuario megalítico de la Virgen del Camino

Miguel Ángel González.

La tradición popular relativa a la fundación del santuario de la Virgen del camino, o, más bien, a la ermita del Humilladero, hace referencia a un monumento megalítico que debía ser sustituido por un nuevo edificio cristiano. El estudio de su potencial astronómico, como hito de un calendario en el paisaje, hace patente una estrecha relación con el antiguo monte sagrado del Teleno y con Peña Mayor señalando todas las fiestas prehistóricas de media estación, con probables pervivencias cristianas en la romería de San Froilán y la antigua celebración de La Asunción.

El estudio es extendido al próximo Monte de San Isidro, en Trobajo del Camino cuya antigua celebración de Beltaine derivó en el Voto de la Sobarriba, primero a San Isidoro y después a la Virgen del Camino, y en la celebración leonesa de Las Cabezadas.

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Furmientu publica’l númaru 26 de la revista EL LLUMBREIRU

L’asociación zamorana FURMIENTU acaba de publicar outru interesante númaru de la sua revista EL LLUMBREIRU. Entre outros temas podemos atopar varios testos lliterarios en variedades del llionés de Zamora, noticias sobre l’actualidá cultural en Zamora y Llión, y un artículu de Severino Alonso sobre la toponimia senabresa. El Llumbreiru, que nel sou formatu impresu se reparte por tódala provincia Zamora amás de distribuise por soscripción, tamién puede descargase en formatu pdf o consultase en llinia.

El dialecto de San Ciprián de Sanabria. Monografía leonesa

KRÜGER, Fritz, El dialecto de San Ciprián de Sanabria. Monografía leonesa, 2ª edición con preliminares de Diego Catalán, Fundación Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 2001.

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Vocabulario del Bierzo

GARCÍA REY, Verardo, Vocabulario del Bierzo, Junta para ampliación de estudios e investigaciones científicas. Centro de Estudios Históricos. Archivo de tradiciones populares IV, Madrid 1934.

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O dialecto mirandez

José LEITE DE VASCONCELLOS (1882): O dialecto mirandez. Contribuiçião para o estudo da dialectologia romanica no dominio glottologico hispano-lusitano. Porto, Livraria Portuense de Clavel & Cª. Editores.

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«La etnografía que hice en León hace 30 años es hoy historia»

Emilio Gancedo, Diario de León, 24-10-2011.

Tres décadas después de su aparición en Estados Unidos, el Museo Etnográfico de León ultima la publicación —por fin, en español— de The presence of the past in a spanish village (‘La presencia del pasado en un pueblo español’), obra pionera por aunar etnografía e historia y que aupó a Ruth Behar —nacida en La Habana y con raíces sefardíes— a la beca Mac Arthur y a una larga ristra de premios, distinciones y publicaciones.

—¿Por qué eligió el pueblo leonés de Santa María del Monte del Condado para realizar aquel estudio?

—En realidad yo no lo elegí. En 1978, cuando era estudiante de antropología, llegué al pueblo a traves de mi profesor James W. Fernández, a quien le llamaba mucho la atención cuando iba de Asturias a Madrid. Él veía que el terreno de Santa María iba cambiando de secano a regadío, y un día sintió tanta curiosidad que entró y preguntó cómo se había realizado aquel cambio. Se enteró de que todos los vecinos se habían organizado para hacer un pantano y eso les pareció muy interesante.

—Y él le propuso este lugar como objetivo…

—Sí, porque, poco después, James recibió una beca para llevar algunos estudiantes de antropología de la Universidad de Princeton a España. Me preguntó si me gustaría ir a Santa María y dije que sí. Había residido en Madrid en el otoño de 1975, asistiendo al proceso de la muerte de Franco, y me fascinaba la historia española. Después, estando allí, me pareció un lugar ideal para estudiar la vida de los que decidieron quedarse en el campo en un momento en el que todos se iban a la ciudad.

—¿Qué recuerda de su llegada? ¿Cómo le recibieron los vecinos?

—Recuerdo perfectamente la llegada al pueblo. James había acordado con la maestra que nos quedaríamos en su casa, pero los domingos ella se iba a Boñar y un vecino, José Antonio, nos invitó a quedarnos en casa de sus padres hasta que volviera. Aquellos señores, María y Virgilio, acogieron a dos desconocidos (yo y mi esposo, David) como si fuera la cosa más natural del mundo. Luego la maestra nos lo arregló todo para quedarnos en casa de Balbino, el hermano más pequeño de Virgilio, y su cuñada Hilaria. Desde el principio sentí mucha afinidad con las dos familias, que siempre me apoyaron mucho en mi trabajo. Luego fui conociendo a todos los vecinos. Mi profesor me había sugerido que hiciera un censo del pueblo, así que iba de casa en casa saludando a todos los vecinos y haciendo preguntas sobre sus vidas. Algunos, al principio, dudaban, pensaban que éramos espías, pero luego vieron que nuestra intención era sincera y nos trataron con gran amabilidad. Siendo tan jóvenes —teníamos 21 años cuando llegamos—y la mayoría de los vecinos con 50, 60 ó 70 años, nos veían como nietos misteriosos que habían aterrizado desde muy lejos. Poco a poco nos fuimos conociendo mejor y el trabajo de la investigación se convirtió en un proyecto mutuo para recuperar la historia del pueblo.

—¿Qué aspectos de la cultura popular de Santa María le llamaron más la atención?

—El hecho de que el pueblo pudiera mantener las tradiciones de las tierras comunales, lo cual les ayudó mucho en la epoca de crecimiento de la población a finales del siglo XIX, y luego en otros momentos de escasez y necesidad. Cuando estuve viviendo allá se mantenía la tradición de la vecera, y los vecinos se turnaban para sacar las vacas a los prados. Este sistema de cooperación entre vecinos me pareció muy importante. Además, había un rebaño común de ovejas y varias veces acompañaba al pastor cuando las sacaba por la mañana y volvía con ellas por la noche. Me fascinaba comprobar cómo cada oveja sabía cuál era su casa.

—¿Cómo calificaría el resultado de aquel estudio?

—Siempre es difícil calificar el trabajo de uno mismo. Pienso que fue importante para dar a conocer una forma de vida rural y social que iba desapareciendo en León y en España. El valor que tuvo, creo, fue el de integrar la antropología y la historia de una manera que no se hacía todavía en aquel entonces, cuando se estilaba escribir la etnografía desde la perspectiva de un ‘presente eterno’. El libro se publicó en 1986 y tengo entendido que se tomó mucho en cuenta cuando, en 1988, me otorgaron un fellow de la MacArthur Foundation, una beca muy prestigiosa en Estados Unidos.

—¿Cómo vio Santa María del Condado a su regreso?

—Pues muchos de los vecinos que conocí hace 30 años ya han muerto, pero tuve la suerte de volver a encontrarme con algunos de los que conocí en aquel entonces, entre ellos Balbino e Hilaria, que están en la portada del libro, y ahora tienen 80 y 86 años. Un nieto de María y Virgilio, los que me alojaron en su casa, ha creado un sitio en Internet para el pueblo. Él se llama Francisco y fue el primer niño que conocí en el pueblo.

—¿Qué le parece el hecho de que su libro se vaya a publicar, por fin, en español?

—Estoy muy contenta de que el libro se vaya a publicar en esta lengua. Creo que es un momento ideal para que el libro se conozca. La etnografía que hice hace más de treinta años ahora se convierte en historia. Pienso que será de interés para todos aquellos que tienen un pueblo en su pasado, que son la gran mayoría en España.

—¿Cómo ve el gran interés actual por la búsqueda de las raíces y las señas de identidad?

—La globalización tiene mucho que ver con la fascinación que sentimos hoy por esos temas, toda la obsesión que hay por los orígenes. Nos ha permitido acercarnos más unos a otros, pero al mismo tiempo existe mucho miedo a perder la idiosincrasia de cada personalidad y cada lugar.

El lleonés: la busca d´un subestándar

FRÍAS CONDE, Xavier (2003): “El lleonés: la busca d’un subestándar”, Mare Lingua 2: 20-23. Edición en llinia: Instituto de Estudios Románicos «Romania Minor».

El nome de lleonés/llionés tien tantas interpretaciones como personas l’empleguen. Si cuadra, ye una de las maneiras de chamar a un conxunto de falares que más evoluíu durante el postreiro sieglo. La confusión vien dada, amás, pola esistencia de nomes globalizadores, como asturlleonés, ya outros más específicos, como senabrés, sayagués, palluezu, etc. que sirven pa denominar a determinadas variedaes de la llingua en todas las súas vertientes.

Nestas páxinas proponémonos achegarnos, anque mui brevemente, a esta realidá, al lleonés, tratando de definir qué ye ya analizando dellas posibilidaes de crear una propuesta hipotética de subestándar que sía válida pa todas las variantes que constitúin el chamau lleonés occidental, un bloque denso, qu’entama en Lluarca, Asturias, ya remata en Sayago, Zamora.

Deixaremos fuera el mirandés, que xa posei una norma propia ya tamién l’asturiano occidental. El primeiro resulta complexo dende todas las ópticas, pueis trátase d’una llingua en sí mesma, recoñocida pol propio Estau portugués. La consciencia lingüística de los sous falantes ye bien fuerte ya la súa realidá sociolingüística ye mui complexa. Al respective del asturiano occidental, deixámoslo fuora por razones xeopolíticas, dau qu’el sou ámbito ye l’asturiano ya ye l’Academia de la Llingua Asturiana la que vela pola súa integridá ya desenvolvimiento.

Asín las cousas, no que tradicionalmente se chama asturlleonés, que ye un bloque lingüístico qu’esiste daveras, podemos atopar dúas llinguas con un estándar propio ya della tradición literaria. Una ye l’asturiano, codificau dende 1981, ya l’outro ye el mirandés, codificau dende 1999. Dambas llinguas –ya emplegamos conscientemente este término– forman parte del mesmo tueiro lingüístico, pero son huei independientes. No futuro, la situación puede camudar, pero la realidá actual ye la qu’hai.

Pero entre Asturias ya Miranda hai un espacio enorme, onde en dellas zonas ya con una vitalidá abondo baxa pervive inda toda una serie de falares asturlleoneses que nin tienen reconocencia nin maneira de salir s’espayar. Nos postreiros anos, abonda xente tentou de crear una mena de subestándar pa los falares de las provincias de Lleón ya Zamora, cona sida de que pudieren usarse por escrito. Hai dellas tentativas, algunas más posibilistas qu’outras, pero cremos que nun se fixo todo el que yera posible, en parte porque se pretendeu imponer un modelo válido en Asturias pa zonas muito más al sur, el cual deu como resultau que l’estándar actual del asturiano nun valga nestas zonas por razones, principalmente, sociolóxicas que non lingüísticas.

Daquella, qué ye el que estamos presentando huei eiquí? Una nueva propuesta de llingua? Alzar el lleonés a la categoría d’idioma, “independizándolo” del asturiano? Non, la nuesa intención nun ye esa, más bien trátase de procurar vredas que permitan l’existencia de la llingua en todo el territorio onde inda se fala, atendiendo a realidaes diversas. Trataremos de explicarlo por medio de dellos puntos:

1. L’asturlleonés ye huei un sistema lingüístico, non una llingua. Que no futuro pudiere ser una llingua sedrá posible si los sous falantes están d’alcuerdo en que sía asín. Este punto, onque xa dito, ye necesario repetilo.

2. Dexando el mirandés de llau, como xa dixemos, l’asturlleonés puede estructurarse en dúas normas: l’asturiana ya la lleonesa. L’asturiana xa está fixada pola ALlA. Cuidamos que ye preciso fixar una supranorma pal lleonés que chegue a todos los falares de Lleón ya Zamora.

3. El nueso enfouto ye el caltenimiento d’una sola llingua, l’asturlleonés. Nunca no nueso ánimo está el frayar esta llingua, que ye la mesma dende Lluarca hasta Sayago, con pequeñas diferencias dialectales.

4. Ye mui necesario trabayar por un subpadrón lleonés supradialectal, de maneira que nél tengan cabida pronuncias diversas dependiendo de las distintas zonas. Pensamos que, nestos momentos, una imposición tayante de formas fuertemente estandardizadas namás diba prexudicar la conservación del idioma, que xa está nun estau llamentable.

Sobre los ditos puntos, podría facerse una propuesta de norma lleonesa dientro del asturlleonés, cona sida de que pueda servir como modelo d’escrita hasta l’aparición de materiales muito más completos.

En principio, pa mantener la coherencia cono dito enriba, ye necesario qu’una norma lleonesa faiga una adaptación de la norma asturiana de l’ALlA. L’outra opción yera facela a partir de la norma mirandesa, la convención ortográfica, el cual nos parez que ye muito menos apropiado por muitas ya variadas razones. Daquella, tenemos que partir de la norma asturiana.

Ora bien, hai elementos que actualmente figuran na norma asturiana ya qu’al nueso modo de ver sedría necesario reformar –partimos del feito de que la norma lleonesa debe ser autónoma, portanto, todos aquellos cambeus que se consideren necesarios habrá que los introducir. Estos son los puntos más fundamentales, dende la nuosa óptica:

1. Desaniciamientu de l’apostrofación del artículo por detrás en todos los casos.

2. Uso d’un sistema d’acentuación que nun marque con acentu -áu, -áis, -éis tónicos, anque por coherencia deberá marcar formas verbales como «cantábais».

3. Desaniciamiento de l’apostrofación de «pa».

Despuois quedan puntos más específicos del lleonés que nos podrían ocupar tiempo. Amostraus d’un modo breve, son estos:

1. Resultaus diversos de muller/muyer/mucher. Polo d’agora optamos por siguir la forma más xeneral en asturiano: muyer, coyer, fiyo, douye.

2. Ídem con anu/añu o pequeña/pequena. Nestos momentos quedamos cona solución non palatal: ano, pequena.

3. -u, final debería ser -o en todos los casos, excepto cuando ye ditongo: cansau, cansaus.

Nun son más que propuestas. La realidá xa dirá seleccionando las formas más axeitadas. Avúltanos mui importante qu’el lleonés caltenga la unidá cono asturiano.

D’outra miente, nun sedrá posible tener una llingua. Amás, la literatura feita en Asturias tien que ser un producto consumible al sur del Cordal. Ya quien sabe si dica non muito tiempo surden, gracias a estos esfuerzos, escritores lleoneses qu’enriquezan el panorama literario común.

Un ‘Bien’ que necesita más

El proceso de reconocimiento de la lucha leonesa como BIC

A. Barreñada | León 20/10/2011

La Proposición no de Ley acordada tras ser presentada por el Grupo Socialista de las Cortes de Castilla y León, con las aportaciones del Popular y la adhesión del Leonesista, se convertía en noticia, tanto por lograrse ese acuerdo con unanimidad, como por el objeto del acuerdo: instar a la Junta de la Comunidad a iniciar el proceso para el reconocimiento de la Lucha Leonesa como «Bien de Interés Cultural». La aprobación del texto propuesto, con sus modificaciones, se logró en reunión de la Comisión de Cultura y Turismo de las Cortes de Castilla y León en la mañana de este martes, día 18.

La configuración de los «BIC» consta en la Ley del Patrimonio Histórico Español de junio de 1985. La Comunidad autónoma asumió competencias al respecto que reguló en su propia Ley de Patrimonio Cultural de 11 de julio de 2002, de la cual es desarrollo el Reglamento para la Protección del Patrimonio Cultural de 19 de abril de 2007. Al amparo de lo contemplado en esa legislación, la lucha leonesa puede llegar a alcanzar un estatus cuyos posibles beneficios (o no) son considerados en estas páginas por gentes de la lucha.

Que una práctica deportiva de antiguo origen (de los más antiguos constatados) mantenga su vigencia, a pesar de todos los imponderables, merece mucho más que reconocimiento.

«La lucha leonesa: de tradición folklórica a deporte federado» (F. Javier García Blanco, 1977) es el título de uno de los primeros trabajos académicos realizados sobre los aluches. Tradición cultural popular y deporte actualizado son las dos caras inseparables de la preciosa moneda del aluche.

Tiempo después de esa obra de García Blanco, un hombre de la lucha, José Antonio Robles Tascón, completaba como tesis doctoral su investigación sobre esa vieja práctica guerrera, lúdica, pastoril… que había hecho su trashumancia de los tiempos sin perder el frescor de los altos puertos. Documentación de la elaborada por «El Elegante» forma parte del apoyo textual con que se presentado la Proposición ya acordada en pro del reconocimiento como BIC para la lucha.

Agradece Robles Tascón que sirvan esos textos «para justificar lo que tiene justificación por sí solo». «Es algo -señala- por lo que algunos llevamos luchando años, como consta en el proyecto con el que ganamos las elecciones de 2005. Desgraciadamente puede pasar, como con otros bienes de interés, que nos acordemos de ellos simplemente cuando lo que sigue existiendo es tan solo un reflejo de lo que fue o pudo ser».

Cuontu da mocinha lloba

Miguel Ángel González.

Era unha mocinha que la eicharon os padres fuora de casa con unha maldición: que la comiran os llobos. Ya entoncias a rapaza marchóu pal monte, conhos llobos; pero conha maldición que ye eicharon os padres, os llobos nun la comiron. Ya fíxose ella lloba; coíu a piel ya todo de llobu.

Ya entoncias, nun puoblu había unha casa na que secaban as castañas tódolos del puoblu, na casa aquella. Había, aisí, un desván darriba…; you nun sei cúmo lo fairían, pero que secaban mutas castañas. Ya despuóis iban dar-yes vuolta. Ya aquel qu’iba, a moza comíalu ya nun salía más. Ya ella, desque los comía, peinhábase ya preparábase na casa aquella, al llume. Ya cuando se preparaba, tiraba a piel; despuóis volvía ponhella ya yá era lloba.

Ya cuando vingo un mozu del serviciu, dixéron-ye lo que pasaba nel puoblu. Ya entoncias dixo:

– Puos vou ir you.

Ya a familia nun quería que fora, porque lu iba comere. Ya él dixo:

– Puos vou.

Puos vou, puos vou… puos foi. Foi, fixo’l llume ya xubíu ás castañas; ya tapóu a boca ya todo, qu’ella nun olira nada. Ya ella, despuóis, peinhóuse ya preparóuse; tiróu a piel ya era unha muyer…buono… ¡guapísima! Ya él baxóu amodo, aspacín, con todo tapao, que nun olira nada. Cumo ella tenhía’l pelu llargu, estaba peinhándose aisí, cara p’abaxo. Ya él baxa, cuoi a piel ya tírala. Había un llume mui grande, grande, grande, grande… ya metíula nel mediu del llume. Ya abrazóula bien, aisí, bien abrazada. Porque, si non, la saca. Ya dixo ella:

– Mira: si un pelu me quedara del pelleyu, lo más grande que t’iba quedar era unha oureya.

Ya entoncias, puos cumo a piel queimóu toda, puos casóuse con ella.

Este cuento fue narrado por Jesusa Rellán González, de Burbia, en noviembre de 1985, y transcrito en castellano en CAMARENA, J., Cuentos tradicionales de León, I, Tradiciones Orales Leonesas, III, Seminario Menéndez Pidal, Universidad Complutense de Madrid y Diputación Provincial de León, 1989.

Fue adaptado por mi al habla de la comarca vecina de Furniellla y corregido por Fernándo Álvarez-Balbuena, profesor de Filología Románica de la Universidad de Oviedo.