Reproducimos, dado su interés, el artículo de opinión de nuestro compañero José Ignacio Suárez publicado originalmente en http://www.ileon.com/actualidad/067960/el-leones-es-ademas-de-un-derecho-de-sus-hablantes-un-bien-patrimonial-que-debe-ser-cuidado.
Agradecemos a ileon la difusión del mismo y esperamos que sea de vuestro interés.
Llevo tratando con políticos desde hace algo más de dos décadas y, uno, que ya va para viejo, ve venir de lejos a aquellos que mienten más que hablan o, como dice un amigo mío, «no dicen la verdad ni al médico». El pasado día 18 de octubre la Comisión de Educación de las Cortes de Castilla y León impidió que se debatiera en el parlamento autonómico una proposición no de ley que pedía la inclusión de la asignatura de lengua y cultura leonesa en los proyectos curriculares de los centros de la comunidad que lo solicitaran. A pesar de que únicamente se contemplaba su introducción como una asignatura de libre configuración, los 9 procuradores del PP –que contaron con la inestimable colaboración de la abstención del representante de Ciudadanos– lamentablemente rechazaron una propuesta apoyada por el resto de la oposición.
Mi primera reflexión venía a colación de que toda la argumentación dada por la portavoz del PP en la Comisión de Educación, Ana Rosa Sopeña, intentó sustentarse en un argumento falso, en una falacia. Tanto es así que los que vean el vídeo de la sesión no dejarán de observar que su lenguaje no verbal dejaba traslucir una falta de coherencia total en su discurso y, también, su propia incredulidad ante lo que estaba leyendo. Su aventurada afirmación de que «no hay una demanda importante» o que «no es una preocupación del ciudadano» nada tiene que ver con el deber de que se cumpla el Estatuto de Autonomía en su artículo 5.2, que debe garantizar, a través de su desarrollo, la protección, uso y promoción efectiva del leonés. Difícilmente puede saberse la demanda de algo que no se oferta. Es como decir que no hay demanda de viajes a Venus o algo semejante, pongamos por caso. No voy a entrar en ese debate, del todo estéril, porque además, el único estudio académico que hay sobre esta cuestión (2008) demuestra que el 63% de la población de la provincia de León demanda el estudio escolar del habla tradicional y que el 83% de esa misma población es favorable a su promoción institucional. Por otro lado, y si fuera sólo una cuestión de demanda, en este país prácticamente todo quedaría tristemente reducido al fútbol y a los «reality shows».
Insisto, ésa no es la cuestión. La cuestión es que se cumpla la ley, igual que se hace cumplir a las personas, las empresas, o las instituciones en cualquier ámbito de nuestra sociedad. Pero si lo fuera, el lector se quedaría aún más perplejo al saber que la Junta patrocinó hasta el 31 de octubre la exposición «De la fala al sentimientu: un averamientu a la nuesa llingua» («Del habla al sentimiento: un acercamiento a nuestra lengua»), que contó con una exhibición bibliográfica, una mesa redonda y la presentación de un libro. ¿En qué quedamos señora procuradora? Si todo se reduce a una cuestión de demanda y, según usted, no hay demanda del leonés, ¿para qué se organizó esta exposición? ¿Fue, acaso, sólo una maniobra más de la Junta de Castilla y León para intentar justificarse ante el Consejo de Europa y tratar de disimular, así, su sistemático incumplimiento de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias? Mucho me temo que así es. Ojalá esté equivocado.
Señores del PP y Ciudadanos: dejen de contradecirse y de una vez por todas entiendan que el leonés es, además de un derecho de sus hablantes, un bien patrimonial que debe ser cuidado con exquisito mimo por las administraciones, y, sobre todo, traten con más respeto a sus conciudadanos, pues a veces tengo la impresión de que piensan que somos seres faltos completamente de inteligencia… vamos, lo que en mi pueblo viene a llamarse «fatos».